miércoles, 16 de mayo de 2018

El Simonino y la persecución judía en Trento

Echemos un poco de luz a la Historia y eso que ha pasado mucho tiempo. La historia de la Humanidad siempre llena de sus hojas más doradas y las más oscuras y hoy venimos a echar luz a una de las páginas menos doradas de Trento con el Simonino.
 La historia se remonta a la noche del 23 de marzo de 1475 cuando aparece el cadáver del niño Simonino en las acequias subterráneas (y que estas acequias aún son visibles en las bodegas/cantinas) de las casas de judíos. Estos canales por los cuales pasaba el agua y residuos venían del "Fossato" (antiguo barrio que comprenden las calles Via del Simonio y Via Roma) y el pequeño habría sido arrastrado por las corrientes.
Inmediatamente se había dado la señal de búsqueda cuando las personas que habían encontrado el cuerpo avisaron de la trágica noticia. Buscando culpables e indagando las causas se culparon a quienes encontraron el cuerpo de haber sido los asesinos del pequeño Simonino dentro de un acto ritual de los judíos con el fin de obtener sangre y mezclarla con el pan destinado al rito del "Pesah"/"Pésaj" dentro de la Pascua judía. La sentencia estaba echada desde el inicio y ordenado a la captura por parte del obispo Giovanni Hinderbach y el alcalde de Trento. 
Martirio del Beato Simonino de Niklaus Weckmann, 1505-1515. Madera policromada. Museo diocesano tridentino - Trento
Altobello Melone y su "Beato Simonino", 1521. Óleo sobre madera. 
Castillo del Buonconsiglio - Trento.

He seleccionado estas dos imágenes de representaciones del martirio de Simonino con una tela en torno al cuello (debido a su estrangulamiento), desnudo y con cortes en la piel y genitales. Si queréis más representaciones visitad esta página

Los judíos acusados, entre 15 y 90 años de edad, fueron encarcelados, las mujeres encerradas en sus casas y expuestos a tortura a fin de que confesaran pero muchos confesaran el infanticidio. Muchos murieron defendiendo su inocencia a raíz de las terribles torturas, otros con el fin de no morir confesaron que fueron culpables. Otros fueron condenados a muerte, otros para salvarse se convirtieron al cristianismo. Otros humillados caminando o tirados por carros a través de la ciudad. Tampoco me recrearé en esto, ya os hacéis una idea. Si no, tenéis mucha documentación para consultar los salvajes métodos de tortura de la época.
 
 Casa de Simonino - Via del Simonino (Trento)
 
Es importante conocer un poco más acerca de la comunidad judía en Tento, muy pequeña en la ciudad, y es que en el registro se aprecia que por 1475 vivían cerca de treinta personas. La familia de Samuele de Núremberg (llevaba una casa de empeños), la mujer Brunetta y sus hijos Anna e Israel; la familia de Mosè el viejo, originario de Würzburg, con su mujer Anna y los hijos Mohar y Bonaventura; la familia de Angelo (trabajaba con Samuele en la casa de empeños) de Verona con su mujer Dolcetta junto a sus hijos, la nuera Brunetta e su cuñada Bona, divorciada, con su hijo Salomón; Tobías (médico muy valorado, incluso por los cristianos) y su mujer Sara, ambos tenían tres hijos. Israel, el último, era un joven minero que vagaba de una comunidad judía a otra.

Tras el trágico suceso del Simonino, al año siguiente, ningún judío vivía en Trento. Muchos fueron asesinados, otros tuvieron que convertirse en bandidos para siempre. La destrucción de la comunidad judía fue resultado de la progresiva intolerancia que estaba caracterizando el área de influencia alemana del siglo XV. Era vistos con desconfianza, sus rituales como sospechosos e incomprendidos. Se les acusaban de asesinos por sus ritos homicidas, envenenar pozos, de practicar magia. En particular, quienes se encargaron de sobredimensionar estos aspectos fueron los franciscanos, como Bernardino de Feltre conocido como el "azote de los judíos". Durante la Cuaresma de 1475 desde el Duomo soltó una serie de discursos muy hostiles contra los judíos.

Sus bienes fueron confiscados, materiales como inmuebles, templos y lugares de culto. Estos fueron convertidos en capillas o trasformados en palacios como la Sinagoga ubicada en Via Antonio Manci se convertió en el palacio Salvadori, uno de los ejemplos de arquitectura renacentista civil de Trento.

La ciudad se convierte en lanza antisemita y en torno a Simonino creció una fuerte devoción, muy defendida por el obispo y las autoridades civiles. Al poco tiempo esta devoción se materializaría con la señalización y dedicación al presunto mártir Simonino en la vía pública o capillas en palacios e iglesias como la capilla barroca construida en 1747 en la casa natal del Simonino (aún existe, pero cerrada al público por ser privada) en Via Roma; el palacio Salvadori en Via Manci o la iglesia de San Pedro, donde el cuerpo de Simonino embalsamado estuvo expuesto.Por cierto, se desconoce que al cuerpo del pequeño se le diese sepultura, no se entiende por qué y esto levanta y levantó muchas sospechas.

 Iglesia de San Pietro - Trento

La devoción continuó, y la prédica antisemita, por siglos hasta el siglo XX cuando Giuseppe Menestrina demostró la falsedad de las acusaciones contra los judíosy en los años sesenta las investigaciones del dominico Paul W. Eckart, desde el Vaticano, restablecieron la verdad histórica. Desde el 1965 la Iglesia abole el culto a Simonino y se retiraron las reliquias de la iglesia de San Pedro. Se busco la reconciliación con la comunidad judía, incluso hasta el 1992 el Ayuntamiento de Trento dispuso una placa en Vicolo all'Adige reparando la memoria de los judíos y se podía leer el "Kaddish" para la comunidad judía trentina exterminada. Quizás se merecía algo más que una placa mal ubicada y difícilmente visible.
Detalle del medallón con el martirio de Simonino en el Palacio Salvatori

 Detalle de los frescos de la capilla obra de Carl Henrici en Salvatori

En la fachada del palacio Salvatori se conservan dos medallones, sobre las dos entradas, obras del escultor barroco Francesco Oradini en donde se representa el mártir de Simonino por parte de los judíos. En el interior del palacio se conserva una rica capilla decorada con frescos de Carl Henrici (1770), hoy esta capilla está en venta. La Administración pública podría comprarla o utilizarse como centro de diálogo entre culturas y religiones o centro de iniciativas por la tolerancia y la diversidad religiosa, social y étnica.

Placa en el callejón lateral, Vicolo All'Adige, del palacio Salvatori, antigua sinagoga judía de Trento.

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